Algunas claves para llegar a ser un científico revolucionario

En posts anteriores exploramos las condiciones para la emergencia de mentes científicas creativas. Primero, exploramos la dimensión epistemológica que nos iba a permitir entender cómo llegamos a conocer algo con garantías (la ciencia desde el mentalismo, proceso de abstracción, el conocimiento científico). Segundo, exploramos la dimensión psicobiológica al adentrarnos en nuestra dimensión primitiva (evolución humana, multidimensionalidad de la naturaleza humana, lenguaje metafórico y control de instintos, inconsciente). Con ello no perdíamos de vista que la actividad del científico está circunscrita por su animalidad. Tercero, exploramos la dimensión psicosocial al adentrarnos en la relación limitante individuo-sociedad a la hora de elaborar conocimiento creativo (cómo se expresan las necesidades primitivas en la sociedad y cómo el creativo las gestiona; la influencia de los grupos sectarios, el ataque al creativo por parte de los mediocres).

Con todo lo anterior estamos en condiciones de seguir. Ahora comprendemos que hay saberes menos inseguros que otros porque han sido bien contrastados (o han resistido falsaciones). Así pues, la cuestión de la verdad absoluta no debe preocuparnos más. Lo único que vale ahora es conocer el mundo donde vivimos (incluidos nosotros), averiguar cómo podemos relacionarnos con él de una forma óptima y, lo que es nuestro objetivo, comprender qué convierte a un científico ortodoxo en revolucionario.

El compatibilismo

El compatibilismo es mi propuesta teórica para entender mejor la ciencia y quiero que sea entendida como una forma de organizar la información y como base para la creatividad del científico revolucionario. Dada la extensión del trabajo hecho hasta hoy no he podido trabajar más esta idea y dejo para el futuro reformularla a la luz de lo que otros autores (como la idea de tendencias transfactuales de Chalmers) pudiesen aportar sobre el tema.

La idea básica de lo que yo llamo compatibilismo parte de la diferenciación entre enunciados observacionales («esta piedra de aquí») y enunciados generales (Ley de Newton). El conjunto de enunciados observacionales garantiza una información objetiva (entiéndase lo más segura y menos subjetiva posible) y por ello mismo no se contradice entre sí (es informarción compatible entre sí). Conforman lo más parecido a una representación fiel del mundo. Simplemente estoy diferenciando el estado de cosas, por un lado, de la interpretación del estado de cosas, por otro. Es decir, dicho dentro del marco científico, estoy diferenciando descripciones y teorías. Lo que subrayo es que es útil establecer un corpus de descripciones casi a modo de diccionarios temáticos.

Las teorías son las que suponen el problema de la incomnesurabilidad y son susceptibles de falsarse o de poner en crisis. No obstante, las descripciones no. Si describo un gato es muy difícil que alguien se atreva a decirme que estoy instalado en un marco conceptual determinado. Sí, es verdad, pero estoy instalado en un marco conceptual que lo marca la naturaleza de mis sentidos, es decir, mi marco conceptual lo comparten todos los seres humanos. Aún así, esto ya lo poníamos en duda al explorar el proceso de abstracción.

Dado que las teorías no son medibles en el espacio y el tiempo, pues son producto de un complicado proceso, son más falibles y están menos protegidas de la peligrosa influencia de lo social y personal (ya hemos explorado la influencia de de estos dos ámbitos). Las teorías, aún así, demuestran su utilidad permitiendo gran cantidad de predicciones correctas por lo que nunca pueden ser falsadas de una forma absoluta. Es decir, la teoría de Newton no fue falsada absolutamente por Einstein puesto que ambas comparten gran cantidad de éxitos en muchas predicciones. Y es que muchas veces ocurre, pues, que nos fijamos sólo en las diferencias cuando dos teorías pueden guardar muchos puntos de encuentro.

Por supuesto asumimos el riesgo de asumir y plantear teorías pues en eso consiste la ciencia, no obstante, desde el punto de vista del científico revolucionario, que conoce perfectamente las teorías, la base observacional es como una paleta de colores puros a mezclar de una forma nueva, aportando así un sentido nuevo, tomando así como modelo una realidad que jamás había sido retratada. He aquí su creatividad.

La liberación del científico revolucionario

“Los actos creativos, los más nuevos e importante de los cuales exigen genio e implican la intervención de la psicología individual de los científicos, se resisten al análisis lógico”

A. Chalmers

Un científico revolucionario cumplirá con una serie de condiciones. Pero esto no significa que tengan que cumplirse todas o que una revolución haya ocurrido porque se hubiese cumplido alguna de estas condiciones (existen otros factores, factores que no suelen estar en las manos del científico como la suerte). El secreto del perfil que perseguimos está en la objetividad (que es lo que se consigue atendiendo el corpus de descripciones)puesto que ésta es lo suficientemente poderosa como para poder romper las estructuras subjetivas más sólidas: las dimensiones psicobiológicas y psicosociales del trabajo del científico. Alcanzar la objetividad, pues, requerirá un proceso previo de desarrollo personal donde la subjetividad sea contrarrestada y asumida como una realidad objetiva que requiera tomar ciertas precauciones.

Así pues, al científico revolucionario le interesaría atender a una serie de condiciones para acceder al mundo de una forma menos esclava de la subjetividad personal y de su propio tiempo:

  • Estudiar y estar permanentemente interesado en un corpus de descripciones.
  • Tener cierta cantidad y calidad de capital cultural (teorías, uso de tecnología, etc.).
  • Capacidad de aprendizaje y asimilación de todo tipo de sistemas.
  • Estar bien posicionado en la red social (contactos, puestos de trabajo, etc.).
  • No estar sujeto a las creencias de su tiempo.
  • Tener periodos importantes de retiro apartado de la vida social.
  • Autocontrol a partir de la óptima gestión propias emociones estimuladas por nuestra parte primitiva. Recursos para la satisfacción de sus necesidades. Confianza en uno mismo.
  • Conocimiento de los mecanismos cognitivos en la adquisición y producción de conocimiento.
  • Racionalidad y espíritu crítico.
  • Intuición, aprovechamiento del inconsciente como una herramienta más.

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