
Los valores reflejan aquello que es importante para nosotros.
Por un lado, si valoramos mucho X implícitamente estamos desvalorando a Y, el cual concebimos como su contrario. Por ejemplo, si valoro mucho la comida saludable, este valor lleva implícito mi poco aprecio a la comida rápida.
Así pues, estaríamos ante valores que excluirían y podríamos llamarlos ‘valores dicotómicos o polares’ (afirmarlos supone negar a otros).
Por otro lado, si valoramos X también podemos valorar a Y, su contrario (no necesariamente en el mismo momento y lugar). Por ejemplo, puedo valorar la comida saludable (p.e. por el valor de cuidar mi cuerpo) pero también la comida rápida (p.e. por el valor del placer, la comodidad y el precio).
En este caso el valor no excluiría sino que incluiría, y podríamos llamar a estos valores ‘multiplicadores’ (afirmarlos nos abre un multiverso ante nosotros).
Sigue leyendo