Un sencillo experimento puede demostrar que la influencia de los astros en la psicología humana es una realidad. Este artículo, además de proponer dicho experimento, explica por qué es difícil la cientificación de la astrología y menciona algunas evidencias para creer en ella.
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Más allá de los prejuicios, un sólido horizonte
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Supongamos por un momento que algunas personas que se autodenominan astrólogo/as fueran capaces de encontrar un íntimo vínculo entre los ciclos que ocurren en los organismos (y organizaciones) de la Tierra y los ciclos planetarios del sistema solar.
Supongamos que la mayoría de personas que dicen saber qué es la astrología tuvieran un conocimiento radicalmente equivocado sobre la misma. Y supongamos que por ello fuera muy razonable juzgar que la astrología –entendida desde su concepción más extendida en el público- es absurda.
El artículo presente pretende que todo esto sea algo más que una suposición y espera del lector más escéptico un voto de confianza para las pruebas, premisas y argumentaciones que vayan apareciendo. E insto al lector, sobretodo, a abrirse a la posibilidad de que la astrología pudiese llegar a ser una disciplina científica.
Mientras tanto, parto de la idea de que la astrología todavía no ha cosechado suficientes pruebas ni ha desarrollado un método lo suficientemente riguroso para convertirse en ciencia.
Pero… pero no sólo existe lo comprobado científicamente; no sólo comprendemos lo rigurosamente racionalizado; no sólo interactuamos con lo aceptado por la comunidad. ¿Qué sería entonces de la innovación y la investigación? Por ello creo un grave error intelectual el cientificismo radical que el escritor libanés Gibran Khail Gibran retrata con suma belleza:
“De pronto oímos una voz que gritaba:
-¡Este es el mar! ¡Este es el profundo mar! ¡Este es el vasto y poderoso mar!
Y cuando llegamos allí, vimos a un hombre con la espalda vuelta al mar, que tenía una caracola puesta en el oído para escuchar su murmullo.
Mi alma dijo:
-Sigamos. Este es un realista que da la espalda a todo lo que no puede aprehender, y se conforma con un fragmento.”
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Aclaraciones
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Lo primero que querría aclarar es que, en mi opinión, la astrología tiene mucho que aprender del método científico, y en esa medida no creo que sea una ciencia. No obstante, pienso que hay astrólogos que cuando practican la astrología “dicen” cosas que tienen mucho que ver con el mundo.
Lo segundo que querría aclarar es que entrecomillo “dicen” con toda la intención del mundo. Pienso que la principal clave para determinar la naturaleza epistemológica de la astrología es analizarla en términos psicolingüísticos.
Lo tercero que me gustaría dejar claro es que no creo posible, a día de hoy, establecer una teoría consistente y comprobable del por qué y el cómo de la astrología. Sin embargo, creo posible demostrar científicamente el hecho astrológico, es decir, la prueba de que hay una relación íntima entre el sistema solar y los seres humanos, independientemente de si este vínculo se explica por la radiación electromagnética u otros fenómenos físicos.
Para demostrar el hecho astrológico presentaré el diseño de un experimento el cual es el objetivo principal de este artículo.
Lo cuarto que querría aclarar es que no es posible demostrar la no-existencia de algo. Investigaciones y reflexiones como las de Bertram R. Forer, Carl Sagan o Geoffrey Dean no demuestran que los astrólogos “hablen” de cosas inexistentes. A lo sumo se puede afirmar que no se han dado pruebas de la sí-existencia de estas cosas. No obstante, encontrar pruebas a favor de la existencia del hecho astrológico es muy difícil y creo que esta dificultad explica por qué en la actualidad no es en absoluto una ciencia. Mientras tanto, como decía en el apartado anterior, estar abierto a la posibilidad de que algo sea real será condición de posibilidad para confirmar (o no) la realidad de esa posibilidad.
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¿Por qué es tan difícil aportar pruebas a favor de la astrología?
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En mi opinión, hay dos poderosas razones:
La primera razón es su complejidad.
Patrice Guinard, filósofo francés que se doctoró en 1993 con una tesis titulada «La Astrología: Fundamentos, Lógica y Perspectivas” definió la astrología como “la relación estructural del medio geo-solar y la psique”. Y escribió:
“La astrología admite lógicamente tres postulados:
1. El mundo de los hechos, de lo concreto, de las cosas, de «la experiencia», como también el de las leyes, las palabras, las representaciones mentales, que no aparecen en la consciencia más que gracias a la presencia de un primer mundo, psíquico, interno, quien los recibe y los modela. Las ideas del espíritu no nacen más que de la aprehensión del mundo exterior a través de una interiorización cualificada. Los estados psíquicos premian las cosas y las palabras.
2. Este mundo interior está en perpetuo movimiento, en inervación (reacción nerviosa) continua por los ciclos planetarios. Es por ello que yo lo denomino psíquico-astral, como llamo impresional (la impressio de Paracelso) a la marca de esta impregnación psíquica por los operadores astrales.
3. Las improntas (impresiones) se diferencian a través de sus estructuras: esta estructuración de la psique, individual y colectiva, se efectúa a través de cuatro medios condicionales: energéticamente por las Fuerzas planetarias, espacialmente por las Casas, temporalmente por los Ciclos planetarios y estructuralmente por los Signos zodiacales.”
Identificar patrones de conducta relacionados con el macrocosmos -lo cual es lo propio de la astrología- implica un aprendizaje parecido al requerido al hacer una lectura de un escáner cerebral o una radiografía. Así pues, no es ninguna excusa decir que para poder juzgar si existen o no estos patrones de conducta, la persona interesada debe hacer previamente un determinado aprendizaje. Y es que si no habilito mi mente para determinadas realidades, mediante estructuras conceptuales adecuadas, no seré capaz de atender a ciertas realidades.
La segunda razón es el tipo de conceptos que utiliza.
Los conceptos científicos se aseguran de que sus conceptos sean rigurosamente formados y, para ello, es fundamental asegurar un proceso de elaboración que cumpla con ciertas condiciones como la claridad, la alta definición y la contrastabilidad. Sin embargo, buena parte de los conceptos astrológicos son demasiado abstractos para cumplir fácilmente estas condiciones. El proceso inductivo queda así dificultado.
Video:
Trascripción y ampliación de mi ponencia en el II Congreso de Astrología celebrado en Barcelona el 24 de Noviembre de 2012: CLICKAR AQUÍ
Para más información:
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¿Qué pruebas hay de que el Sistema Solar pueda condicionar, en alguna medida, las estructuras profundas de la psicología humana?
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El nulo interés -o la incompetencia- institucional por obtener dichas pruebas no me dejan otra opción que reconocer que no hay estudios ni pruebas directas para apoyar consistentemente la gran mayoría de las afirmaciones que conforman el conocimiento astrológico. No obstante, al menos, aportaré algunos indicios que apuntan a la existencia de la relación entre el Sol, la Luna y los organismos terrestres:
1. Mitchell E. Gibson, médico americano especialista en Psiquiatría y Neurología, desarrolló, junto a otros psiquiatras, psicólogos y astrólogos, un libro titulado “Signs of Mental Illness: An Astrological and Psychiatric Breakthrough” en el que dice haber relacionado la astrología con muchas de las enfermedades mentales descritas en el DSM-IV. Ello a través de un estudio de más de 400 cartas natales astrológicas y el uso de modelos científicos de investigación estadística.
2. Se ha demostrado que algunos organismos son capaces de captar las sutiles influencias del espacio exterior. Para demostrar esto, el biólogo Frank A. Brown, descubrió ritmos exógenos en plantas y animales. Extraigo un fragmento del célebre libro “Los relojes cósmicos” de Gauquelin:
“Resultaba cada vez más evidente que los cuerpos celestes participan simultáneamente de alguna manera en el funcionamiento de las “brújulas” de los animales y en los “relojes” de que esas brújulas tenían, al parecer, que depender. Los diversos medios de que se servían los seres vivos para orientar sus actividades y el espacio parecían estar fundiéndose en uno sólo.
¿De qué manera era enviada esa información sobre el tiempo y el espacio a organismos que, cabe suponer, estaban cerrados? Un estudio extenso e intenso, durante estos últimos años, de las tendencias sistemáticamente cambiantes de movimiento a la izquierda o a la derecha de las agrupaciones de animales dotados de sentido de orientación en el tiempo y el espacio y pertenecientes a diversas especies, demostró: 1) que en un campo de iluminación artificial no cambiable, las tendencias de orientación de los animales varían sistemáticamente según los períodos naturales relacionados con los movimientos relativos de la Tierra, el Sol y la Luna; y 2) que en cualquier momento dado, la tendencia de orientación varía sistemáticamente con la relación geográfica de ese campo de iluminación. Más aún, los factores que participan en la orientación en el espacio y el tiempo parecían fundirse en uno sólo.
Una búsqueda de los factores atmosféricos que participan en este fenómeno reveló la fantástica tendencia de las cosas vivas a reaccionar ante muy débiles campos magnéticos, electrostáticos y electromagnéticos de la Tierra. Esas reacciones podían ser estimuladas como reacciones ante campos experimentales artificiales igualmente débiles. Cualesquiera que fueran los medios de que se servía el sistema vivo, era capaz de distinguir entre las direcciones y las fuerzas de esos muy débiles campos. Que se trataba de sensibilidades especializadas de alguna manera resultaba evidente en vista de que la capacidad máxima de resolución de esos animales ante los campos naturales de la Tierra. Se ha demostrado que se puede engañar a los organismos, haciéndoles reaccionar ante falsa información sobre “tiempo y dirección”, de la misma manera que en condiciones naturales por el sistema de manipular debidamente en el laboratorio esos débiles campos electromagnéticos.”
3. Lo siguiente no es un estudio científico pero opino que es igualmente interesante: el 5 de junio de 2007, el diario “The Guardian” publicó un artículo titulado “Police link full moon to aggression” que informaba de que la tasa de criminalidad en la costa sur de Brighton estaba correlacionada con el ciclo de la Luna, según había comprobado la Policía de Brighton. Parece ser que los sucesos más violentos ocurrían en luna llena.
4. En la población de Chatham, en el condado de Kent (Inglaterra), la policía publicó unas estadísticas que, aunque anecdóticas científicamente, me parecen muy sugerentes para cualquier astrólogo familiarizado con las propiedades de los signos zodiacales. A priori, si un astrólogo tuviera que elegir el signo más conflictivo e impulsivo no dudaría mucho en mencionar al signo de Aries. Pues bien, estas estadísticas que fueron recogidas por el diario «The National Post» el 28 de diciembre de 2011, revelan que de 1986 arrestados durante el 2011, precisamente 203 eran Aries, una cantidad muy superior a Sagitario, con sólo 139 detenciones.
5. Otros datos interesantes sobre la luna son los datos que muchos médicos pueden aportar sobre las correlaciones entre los ciclos lunares y la incidencia de ataques al corazón, número de nacimientos, el número de hospitalizaciones, etc. Estos datos los he podido escuchar y leer de diferentes profesionales de la salud pero no los he podido encontrar en un documento público por lo que he dudado mucho en mencionarlos en el presente artículo.
6. El 3 de febrero del año 2009, el diario “Die Presse” publicó un artículo titulado “Österreichische Firma sucht Mitarbeiter nach Sternzeichen aus” que informaba de una empresa austriaca que había observado que habían vendedores que, según su signo zodiacal (el cual lo determina la posición del Sol respecto a la Tierra), eran mejores o peores en su trabajo. Por ello, para la captación de nuevos vendedores habían publicado en el periódico regional de Salzburgo “Salzburger Nachrichten” un anuncio que pedían personas con los siguientes signos astrológicos: capricornio, tauro, acuario, aries o leo.
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Diseñando un buen experimento
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Los experimentos de carácter científico que en el pasado han intentado validar o falsear la astrología han cometido algunos tipos de errores que querría destacar muy brevemente.
Por un lado, están los errores propios de los escépticos detractores de la astrología. Por otro lado, están los errores propios de los astrólogos que han querido demostrar la astrología. Los errores de los primeros muestran un conocimiento insuficiente de la astrología y su naturaleza epistemológica. En cambio, los errores de los segundos muestran un conocimiento insuficiente del método científico y/o de la naturaleza epistemológica del conocimiento que tienen entre manos. Un caso paradigmático es el experimento realizado por Geoffrey Dean, científico y astrólogo, e Ivan Kelly, psicólogo de la Universidad de Saskatchewan (Canadá). Este experimento está parcialmente explicado en un artículo publicado el 17 de Agosto del 2003 en el diario “The Telegraph” y que se titula “Astrologers fail to predict proof they are wrong”. Este estudio muestra, a mi parecer, una falta de conocimiento profundo de la astrología y, sobretodo, de su epistemología. De lo contrario, el desarrollo de psicometrías y métodos estadísticos se plantearía con extremo cuidado. Por otro lado, en el caso del ya citado Mitchell E. Gibson, éste podría incurrir en un error parecido. No obstante, lo he querido citar porque su metodología y finalidad son mucho más prudentes y, por lo tanto, sus resultados parecen mucho más consistentes.
Los experimentos y/o teorías científicas que presuntamente podrían explicar fenómenos propios de la astrología (Michel Gauquelin, Frank A. Brown, Percy Seymour, M. Takata, Carolyn Reynolds, Giorgio Piccardi, A. L. Tchijevsky, Louise Lacey, M. Takata, M.D., Arthur M. Young) pueden aportar pruebas interesantes sobre la naturaleza física de la influencia del sistema solar sobre los organismos terrestres -o constatar esta propia influencia en algún sentido-, sin embargo, creo que es muy difícil determinar las variables relevantes y aislarlas de otras muchas variables. Por lo tanto, parece fácil errar en el proceso de inducción o, al menos, es razonable poner en duda muchos de estos resultados y, sobretodo, sus justificaciones y deducciones.
La novedad del experimento que más adelante presento estriba en un planteamiento lo menos ambicioso posible, en haberse centrado en lo único que puede constatarse de una forma clara y concisa: el número de aciertos de las intuiciones de los astrólogos.

El precedente más claro de este experimento es un caso exagerado del tipo de errores que cometen los astrólogos cuando, sin saber qué es el conocimiento científico ni el tipo de conocimiento que tienen entre manos, aceptan el reto de adivinar el signo zodiacal de personas que acaban de conocer. El diseño del nuevo experimento parte de que la mejor estrategia para constatar el hecho astrológico es constatar algo presuntamente imposible, a saber: que un astrólogo sea capaz de relacionar a una persona, después de una breve entrevista, con su carta natal (que es la representación en 2D de la configuración del sistema solar en el momento de su nacimiento).
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El experimento
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El siguiente experimento no demuestra que exista una relación causal entre los astros y la psicología humana. A lo sumo, demuestra una interesante correlación. Además, el trato estadístico del experimento no ha sido desarrollado cuando es completamente necesario. Así pues, queda pendiente.
Mientras tanto, la realización del experimento podría reflejar una interesante correlación y podría ser suficiente para empezar a sospechar la validez del conocimiento astrológico. Ello creo que facilitaría un posterior experimento que mantuviese (o no) su idea principal pero con un tratamiento mucho más riguroso. Recordemos que la estrategia del experimento es dirigir la mirada a la intuición de los astrólogos, por tanto soy consciente de que ello involucra muchas variables a controlar. Es sólo un comienzo. Queda todavía muy lejos poder afirmar que la astrología ha sido demostrada científicamente.
La idea:
Un voluntario/a se reunirá con un astrólogo (o un grupo de astrólogos) al que la organización le entregará dos cartas astrales (una verdadera y otra falsa) y, mediante una breve entrevista de no más de 20 minutos, el astrólogo deberá ser capaz de relacionar la personalidad del voluntario con su carta astral. Así pues, lo que se estará midiendo es el número de aciertos de las intuiciones/impresiones de los astrólogos.
Acepto el reto totalmente, soy astrólogo y me he dedicado desde hace bastante tiempo a reconcoer en la carta natal características de personalidad y estoy convencido de que interrogando a una persona es posible verificar la relación con un mapa natal. Asi que cuenten conmigo para hacer experimentos de este tipo. Vivo en Barcelona España, les dejo mi correo electrónico.
Espectacular
Me pareció muy interesante tu articulo y me gustaría poder contar con tu amistad y tus conocimientos me gusta mucho la astrología todavía no soy astrólogo soy estudiante y felicidades
Un pequeño detalle: el método científico está fundamentado en la inducción y la deducción; el método científico de la astrología es analógico. No podemos utilizar un recipiente que mide volumen para determinar peso.
Con respecto a Gibran Kalil, no creo que su versión del hombre del mar se refiera a la Astrología, basta leer «El Cosmógrafo» en el libro de «El Loco».
el método científico no puede ser analógico… ya no sería método científico.
«el método científico no puede ser analógico… ya no sería método científico»… ¿Bajo el criterio de quién…?. ¿Por qué la ciencia actual eliminó la analogía como mecanismo de comprobación de la verdad…?. Las ciencias antiguas, ocultas o ancestrales están fundamentadas en este principio. ¿Por qué negar la analogía como parte del método científico actual?
El método científico es el que es. La ciencia funciona con unas reglas de juego definidas (y perfeccionadas) por el uso a través del tiempo. Y todo ello no excluye que la ciencia sea una forma más de abordar la realidad.
Y sólo digo que las cosas hay que procurar llamarlas por su nombre…
Si te parece que la ciencia debería integrar la analogía para mí ya estás pidiendo algo contradictorio. Es como pedir al yang que sea yin.
No obstante, si a lo que te refieres es que no sólo es verdad lo que la ciencia determina, entonces de acuerdo. Si te refieres a que las disciplinas basadas en la analogía también pueden decir verdades, entonces de acuerdo. Lo que no comparto contigo es que identifiques ciencia con LA ÚNICA comprobación de la verdad. La ciencia es UN MODO ENTRE OTROS de comprobar la verdad, pero no el único modo (aunque es fundamental e imprescindible).
Saludos
PARA PARTICIPAR COMO VOLUNTARIO/A en el experimento que se celebrará en Barcelona el 19 de Mayo de 2012 enviar un email a experimentoastrologia@gmail.com
Los felicito y quiciera participar
Hola amigos, esta tarde ha sido un placer poder participar como astróloga en una de las pruebas la Cientificación de la Astrologia. Ha sido todo un reto para mi. Me place la consulta pero no sirvo para investigar de manera científica. Gracias a Aleix que cumple los requisitos como científico, hemos avanzado por ese camino hacia lo empírico. Me tendrá siempre que mi salud me lo permita, a su entera disposición.
Aleix, muchas gracias
Roser Camps Inglada
🙂
hay mucho que hacer todavía pero mientras tanto disfrutemos del camino!
un placer!