El miércoles cumplo 40 años. Muchas emociones y pensamientos. También tentaciones de comportamientos propios de la crisis de los 40, como dejarme el cabello largo. Ya he recapacitado y continuaré igual. Por ahora no va a ser posible recuperar mi pelo ondulado salpicado de rizos marrones brillantes, sedosos, a veces grasientos, lo reconozco.

Una cosa que siento es que hay cosas que antes eran futuro y hoy deberían haber sido pasado y vivencias realizadas, pero no. Siempre soñé con ser bailarín, aprender artes marciales, ser físico teórico o, sobre todo, ser músico…

No puedo evitar sentir tristeza cuando voy a conciertos o, sobre todo, al conservatorio (el cual visito a menudo). Siento una nostalgia por lo que pudo haber sido.

Sé que siempre podré aprender y realizar todas estas cosas y muchas más. Pero cumplir años también te reduce la perspectiva de ese futuro lejano, también te hace elegir un camino entre los posibles, y eso de alguna manera te compromete.

La verdad es que aunque no desarrollé ciertas actividades de una forma tan profunda como hubiera querido puedo decir que las viví de alguna manera con cierto entusiasmo y, en algunos casos, sigo acumulando vivencias como aficionado, sin narcisismos competitivos, solamente disfrutando, como cuando bailo, canto o escucho música. Las artes marciales han evolucionado en el amor a lo debates.

El sentido de la vida

Mi trabajo principal durante los últimos 10 años ha sido conocer con cierto grado de detalle e intimidad las trayectorias vitales de miles de personas. Tengo algunas reflexiones que me hace ilusión compartir.

• Todas las personas tienen su camino.
• Las opciones de la vida se abren y se cierran.
• La opciones dependen, en diferentes proporciones según el contexto, del mundo y de nosotros.

No es muy original e impactante, lo sé.

Somos yonkis de la novedad, el impacto y lo inmediato. Despreciamos la realidad perenne, la que siempre ha estado ahí, siempre ahí, eterna y omnipresente, la que nadie cuestiona, la que es obvia. Lo de ahora son los reels. Dame una perla o una bola de mierda sabrosa, me da igual, pero que sea un subidón. Y ahora con la Inteligencia Artificial ya veremos qué pasa. Abrirá muchas posibilidades sin duda pero me parece que los futuros informes de las agencias de estimación de habilidades cognitivas y dea prendiza van a definir una población mucho más ignorante y superficial. La inteligencia natural está en crisis. Igual que nos hemos hecho más débiles físicamente a no ser que nos entrenemos de alguna manera, vamos a vivir una epidemía de obesidad mórbida intelectual. Por favor, leed libros, subrayarlos, anotaros frases, reflexiones, palabras, inspiraros, compartir. El ámbito digital es nuestro mayor enemigo. Nos está matando la falta de esperas solitarias en silencio, de aburrimiento inductores de estados alterados de conciencia, de profundas ensoñaciones, elucubraciones y actividades artesanales. Nos está matando este ritmo desenfrenado. Esta sociedad es pura cuántica, infinitas posibilidades nuevas, infinitas realidades disponibles en cada instante. ¡Silencio! ¡Apaga toda distracción» ¡Siente la vida con toda tu atención! ¡Escucha a la vida lo que te dice! Puede que balbucee, es tu puto cerebro en cortocircuito, frito de intensidad por tu subdesarrollo en sostenerte en el mundo. En el videojuego de la vida tu personaje de rol juega exclusivamente a un juego de personajes de rol. Qué desperdicio de juego.

Otra reflexión rápida como un rayo pero que su retumbar no acaba nunca: creo que es importante estar dispuesto a realizar cambios importantes en la vida aunque también creo que hay que ser realista con los caminos hasta nuestros objetivos. Tan importante es saber hacia donde vamos como cómo vamos hasta ahí. De nada sirve conocer tu propósito si no puedes recorrerlo.

Gracias, Vida

Volviendo a mí, solamente un momento, estoy feliz con el recorrido que tengo a las espaldas y el que tengo comprometido por delante. Tengo muchas ilusiones futuras, personales, académicas y profesionales. Eso no quita sentir que si ahora muriera podría hacerlo agradecido. Obviamente me horroriza pensarlo por mil razones. Lo decía desde el espíritu.

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Queremos anunciar que desde el alma, cuerpo y mente decimos que NO a las ocurrencia del espíritu. No lo conocemos de nada.

Y otra vez lo mismo

Otra reflexión general, de esas que nadie me pide pero que mi complejo de profeta me motiva, es que:

El camino de cada uno es único.

La verdad es que se parece a lo que decía antes, que todos tienen su camino. Esta idea para mí representa una profunda paradoja. 

Hablando de paradojas, la vida lo sería, y tú también.

Veo peligroso que para vivir nuestro camino nos inspiremos en otras vidas.

Me parece que lo que determina la vida humana es una combinación de innumerables influencias. Por descontado hay patrones en otros que pueden ser inspiradores pero el ser humano particular es una combinación absolutamente única de innumerables patrones y ello es fruto de esta existencia tan compleja y misteriosa.

Mirando a mi futuro personal, no voy a declarar nada, para que decirlo no me genere sensación de haber conseguido algo.

De hecho esta es una de las críticas que recibe el pensamiento positivo por parte de la psicología científica. Resulta que el abuso del pensamiento positivo, la mayoría de las veces, genera una falsa experiencia de logro lo cual reduce la probabilidad de conseguir lo que queremos.

Por supuesto que muchas veces necesitamos formular específicamente nuestros objetivos para que sean más probables de realizar. Pero sin ingenuidad y dentro de una planificación comprometida.

La puta vida

La vida me ha llevado a pensar mucho en lo que la gente hace para estar perdida, desmotivada, sumida en sufrimientos inútiles y crónicos.

También he pensado mucho en las personas que -digamos- están normales o bastante bien.

¿Es contradictorio hablar como estoy hablando con lo que decía antes? ¿Tiene sentido hablar de personas que están mejor o peor? ¿No estaba hablando antes de la singularidad? ¿Puede la infinita variedad horizontal de personas coexistir con la verticalidad entre personas?

¡La vida es paradójica!

Yo creo que sí podemos decir que una persona es mejor que la otra en algo: en inteligencia, atractivo, status, riqueza, amor…

Pero a la vez qué terrible puede ser la comparación de este tipo… nos quita la paz, perdemos esa humanidad común y nos lleva a la competencia desenfrenada, a la frustración y muchas otras emociones.

La vida es como un videojuego pay-to-win

A veces me imagino que las personas somos un personaje de videojuego de rol, con muchas posibles habilidades, cada uno con su nivel de desarrollo.

Puedo aceptar que cada uno tiene su propia combinación de habilidades, pero también identifico personas que tienen niveles generales mucho más bajos o mucho más altos.

Es decir, el mundo no es justo.

Hay una profunda dimensión de la existencia que se la sudamos fuerte. No creo que haya una justicia divina de ningún tipo que haga que si tienes algo muy bajo es porque tienes algo muy alto, o que si esa persona que conoces es tan guapa el universo le hará compensarlo con hemorroides.

Todo esto no excluye el misterio y que se desvelen nuevos ordenes y leyes del universo. Esto no excluye que decir que el mundo no es justo es una apuesta filosófica, apoyada en ciertos argumentos y datos, pero una apuesta al fin y al cabo. Y creo que es una apuesta más segura que pensar lo contrario.

Ale, ya salió el «y yo más y mejor».

Llamésmolo rigor en el pensamiento, conocimiento de calidad. No todo son puntos de vista.

Final Boss

Volviendo al personaje de rol, sí creo que podemos aumentar habilidades de todo tipo, sin importar que nuestro punto de partida no sea favorable. Sí creo que suele haber un enorme margen para aprender combos superespeciales, customizar nuestra apariencia, obtener un dinero si cumplimos misiones, aprovechar el juego online con otros personajes.

El atractivo de los videojuegos de rol es que está superclaro lo que hay que hacer para subir niveles y se puede evolucionar con relativa facilidad. La sensación de mejora y evolución evidente es muy satisfactoria.

Ojalá tuviéramos la habilidad de conseguir esta experiencia en la vida.

Entrenar bien los indicadores que nos permitiesen percatarnos de la mejora, ver que la velocidad de aumento de puntos de la vida real es mucho más alto. El tema es adquirir una habilidad superespecial: aprender a aprender. Aprender de forma autónoma y autodirigida incluye todo esto.

Y sobre todo: ver que nuestra vida es de fantasía, mágica, fascinante.

El videojuego más jugado de la historia será el que consiga simular mejor la vida que ya tenemos.