No sé por qué pero hoy me he levantado dispuesto a publicar algunos escritos de mi juventud. Antes me apasionaba escribir ciencia ficción.
El siguiente texto lo escribí con 14 años y en catalán (se titulaba «Mal d’orella… i de cap»). Con él gané un tercer puesto en los juegos florales de ese año y de mi categoría. Más tarde también lo utilicé para mi novela Newterrics como otro ejemplo de «newpass».
Nada me podía detener, o era lo que yo creía. Estaba dispuesto a que, fuera como fuer,a mi vida cambiara radicalmente. Este deseo de cambio inmediato lo había causado mi situación social por el sólo hecho de ser negro lo cual por ello ya perdía la mitad de mis derechos. Yo era catalán pero de descendencia africana, o sea, un negro. Por eso intentaba aliviar mi presencia molesta por mucha gente tiñiéndome de rubio el cabello. Y si añadía unas lentillas de ojos azules creaba una sensación agradable y un aire bastante occidental. Al menos me libraba de muchas miradas desafiantes y peligrosas que había provocado la xenofobia y el racismo, el único problema que quedaba por solucionar en el mundo. Sin embargo, laboralmente estaba bastante bien situado y la vida me había tratado bien, pero yo aspiraba a nuevas experiencias, a nuevas sensaciones y sobre todo lo que realmente buscaba era mi definitiva aceptación social. Sigue leyendo

