¿Puede pensar una máquina? por Alan M. Turing

El ensayo de Alan M. Turing ¿Puede pensar una máquina? lo podemos encontrar dentro de una compilación de textos titulada Mentes y máquinas, publicado por la editorial Tecnos. Este ensayo es el mismo que salió publicado en la revista Mind en 1947 y ha pasado a la historia de la ciencia ya que se considera el antecedente de la IA. ¿Por qué? en este ensayo Turing formula diversos cuestionamientos acerca de las propiedades que pueden llegar a tener las máquinas y, también muy interesante, compara estas propiedades con las capacidades humanas.

El principal objetivo del texto consiste en defender  la hipótesis de que las máquinas pueden pensar. El propósito de este objetivo, que formula el autor, es intentar demostrar con ejercicios teóricos que las máquinas pueden llegar a comportarse como el hombre, incluso imitar sus propiedades deductivas racionales. Por lo tanto, la tesis principal consiste en analizar la capacidad que puede llegar a tener una máquina para imitar la conducta humana.

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Turing, pretende demostrar la tesis principal de este articulo a través del juego de imitación, en el cual se establecen roles entre los participantes. En este juego intervienen 3 agentes, un ordenador (A), un hombre (B) y un interrogador (C) que tendrá que discernir el hombre de la máquina. Para realizar el juego es necesario que (C) esté en una habitación separado de (A) y de (B). Y la misión de (A) es tratar de conseguir que (C) se equivoque. Sigue leyendo

Domesticación o el proceso «metamórfico» de dociliación: el experimento de Belyaev con zorros

Dmitry K. Belyaev fue un científico ruso que a finales de los años 50 decidió estudiar el proceso de la domesticación. Él pensaba que los animales domésticos habían evolucionado por un proceso simple: los humanos habían seleccionado en ellos la docilidad y habían descartado a los animales más agresivos.

Para comprobar esta  hipótesis diseñó un experimento a largo plazo con un animal que hasta entonces no había sido domesticado: el zorro (Vulpes vulpes). Compró 130 ejemplares a una granja peletera y, generación tras generación, seleccionó a aquellos zorros que eran menos agresivos con sus cuidadores.

No obstante, estos primeros animales no eran del todo salvajes, provenían de una granja, así que estaban acostumbrados a vivir en una jaula, no se dejaban tocar y reaccionaban agresivamente hacia los trabajadores del centro.
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Sesgos cognitivos

El hombre en el centro ha cometido un error en sus pasos de baile y choca contra la mujer, que se enoja y los demás murmuran. En la obra de Jane Austen Orgullo y prejuicio (1813) se muestra claramente el prejuicio de clases sociales y cómo el desconocimiento/errores en el protocolo, baile o costumbres permiten estratificar o encasillar a la gente en diferentes niveles sociales. «¡Para el otro lado, Sr. Collins!».

Un sesgo cognitivo, prejuicio cognitivo o predisposición cognitiva son términos usados para describir alteraciones en la mente humana que son difíciles de eliminar y que llevan a una distorsión de la percepción, una distorsión cognitiva, a un juicio impreciso o a una interpretación ilógica.1

Se trata de un conjunto de fenómenos, en general, estudiados por la psicología cognitiva, todos con soporte empírico, y no debe ser confundido con lo que comúnmente se entiende como «prejuicio«. Así, mientras un prejuicio social (por ejemplo, cualquier forma de sexismo) se atribuye a un apasionamiento subjetivo y consciente a favor o en contra de algo sin que existan argumentos suficientes para sustentar esta posición (en tal caso, más bien, objeto de estudio de la ética), un prejuicio cognitivo es un fenómeno psicológico principalmente involuntario que sesga el procesamiento de la información (como la tendencia inconsciente y generalizada a entender un precio de $9999 como inferior a $10000, cuando la diferencia es prácticamente irrelevante a la hora de pagar). Se trata de tendencias y comportamientos inconscientes que nos condicionan al intentar analizar la realidad. Sigue leyendo

Diferencias entre hombres y mujeres en lo biológico, social y psicológico (según la psicología evolucionista)

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.Somos conscientes de que este tema, tal como está planteado, generará inevitablemente discrepancias. Y es que lo políticamente correcto, influido en los últimos tiempos por corrientes del pensamiento tales como el postestructuralismo y el postmodernismo, supone rechazar hablar de diferencias entre ambos sexos que no refieran a razones culturales puramente circunstanciales por lo que el título ya de por sí resultará ofensivo para una porción de la población. Siempre estaremos abiertos a debatir con aquellos que tengan un mínimo de educación y rigor argumentativo. Sigue leyendo

El corazón tiene cerebro

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Annie Marquier, matemática e investigadora de la conciencia

La Vanguardia

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Ciencia y conciencia

Tras estudiar Matemáticas y la carrera de piano y órgano fue profesora en La Sorbona. Luego se instaló en India y participó en la creación de la comunidad de Auroville con Sri Aurobindo y Krishnamurti. Y poco después fundó en Quebec el Instituto para el Desarrollo de la Persona. Es autora de El poder de elegir, La libertad de ser y El maestro del corazón (Luciérnaga). Lleva muchos años investigando la intersección entre la ciencia y la conciencia y sus planteamientos son siempre rigurosos y están documentados. El próximo sábado expondrá en las jornadas sobre La Evolución de la Conciencia (CosmoCaixa) los descubrimientos sobre el cerebro del corazón y sus implicaciones. Sigue leyendo

Un artículo inquietante

Proyecto de Princeton mide los efectos de la influenza AH1N1 en la conciencia planetaria

Ante la solicitud de Pijamasurf, el Global Consciousness Project realizó un electrogaiagrama del brote de la influenza en México ¿Puede la conciencia colectiva recibir señales del futuro y predecir eventos de importancia global?

El brote de la influenza AH1N1, recientemente declarado una pandemia, en su momento más alto fue experimentado sobre todo como un pánico colectivo o un virus informativo. Por esta razón PijamaSurf escribió a Roger Nelson, el director del elegante y brillante Global Consciousness Project, basado en la Universidad de Princeton, sugiriendo un análisis de la afectación de la conciencia global a partir de la diseminación del virus. Sigue leyendo

El hipotálamo y la hipófisis

El hipotálamo es una estructura del encéfalo. En particular del diencéfalo (el cual es una subdivisión del prosencéfalo). El hipotálamo, que está encima del tálamo, rodea el tercer ventrículo y se encuentra en la base del encéfalo.

Esta estructura del sistema nervioso central tiene varias funciones.

Por un lado, controla el sistema nervioso autónomo y el sistema endocrino. Por otro lado, organiza conductas básicas para la supervivencia (lucha, ingesta, huida y apareamiento).

El hipotálamo está unido, mediante el tallo hipofisario, a la base de la hipófisis, es decir, está conectado a la glándula endocrina (glándula alojada en un espacio óseo llamado silla turca del hueso esfenoides) y segrega hormonas para regular la homeostasis y la función de otras glándulas del sistema endocrino.

Este control sobre la hipófisis se debe a células especializadas del sistema nervioso –neuronas- llamadas células neurosecretoras. Éstas son producidas por células del hipotálamo y se localizan cerca de la base del tallo de la hipófisis. Su función es estimular a la glándula pituitaria (como también se conoce a la hipófisis) para que segregue sus propias hormonas.

El tallo hipofisario, responsable de la unión entre el hipotálamo y la hipófisis, consiste en un sistema vascular especial. Por un lado, el hipotálamo conecta con la hipófisis anterior (adenohipófisis), la cual produce lutropina, prolactina, somatotropina y otras hormonas. Por otro lado, el hipotálamo conecta con la hipófisis posterior (neurohipófisis), la cual produce oxitocina y vasopresina, entre otras hormonas.