El pasado domingo 21 de Octubre participé, junto a Elma Roura, en un taller sobre sexualidad tántrica dirigido a hombres. En él, entre otras actividades, estuvimos reflexionando sobre lo que es ser un hombre.
Por mi parte, aporté una mirada evolucionista la cual permite comprender que ser un hombre conlleva un importante grado de determinismo biológico, una reminiscencia que está insertada en nuestros cuerpos, una energía inconsciente que se manifiesta bajo la superficie.
Para evitar malentendidos, el marco de esta charla lo podéis encontrar en una conversación que mantuve hace un año con Elma (https://youtu.be/nJc6ExMcN8o). Reconocemos todo tipo de singularidades, que un hombre tiene una parte femenina y que las mujeres tienen una masculina. De hecho, ser un hombre, en rigor y haciendo una generalización, supone conectar con la masculinidad (que es el contenido de este vídeo) y la feminidad (que es parte del taller).
Sin negar la diversidad y la excepción, afirmamos lo común y mayoritario. Parece que hoy en día solamente se pueda reivindicar la minoría oprimida. Pues más allá de ello, honremos lo masculino, conectemos con ello sin prejuicios ni tabúes, y superemos el prejuicio social que es juzgar lo excepcionalmente horrendo en el hombre como representativo. Asistimos a una época en la que hablar de diferencias entre sexos puede ser ofensivo; en la que la moralidad ha ido demonizando, cada vez más, todo lo masculino (la competividad, el egoísmo, la agresividad, el deseo sexual, la dominancia…); en la que, en consecuencia, la represión, culpa y vergüenza ha llevado a muchos hombres a desmasculinizarse en la cama y fuera de ella.
Y es por ello, en este contexto, y movido sobre todo por lo terapéutico, en el que os presento este vídeo.