Este post no quiere ser sensacionalista y es muy importante que quede bien claro. Me siento obligado a presentar este escrito como algo completamente excepcional dentro de este blog porque no puedo evitar vivir estas palabras como algo profundamente personal. Y es que dos valores fundamentales inspiran mi vida: la sabiduría y el amor. La sabiduría me eleva, me ayuda a comprender la unidad de la existencia. Pero es el amor el que me da el impulso para aceptar la multiplicidad que está por todas partes, para aceptar la realidad tal como es con todas sus debilidades e imperfecciones, para aceptar lo que hay de particular en cada momento, y para querer compartirla…
La sabiduría la enseñan, por ejemplo, en las universidades de todo el mundo. ¿Y el amor? Enseñar el amor en la actualidad es más difícil que nunca y quizás esto se deba a las connotaciones eclesiásticas de cualquier doctrina que aspire a desarrollar nuestra capacidad para amar. Es por ello que no voy a presentar aquí los modos que he observado y experimentado para amar cada vez más y en mayor cantidad de contextos diferentes. Si alguien estuviera interesado en disertar sobre cómo desarrollar el amor -y evitar el odio- sería para mí un placer inmenso. Mi correo electrónico es amercafa@gmail.com
A continuación comparto algunos videos que recogen profundas muestras de amor:
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