Vértigo siento si atisbo lo más allá de lo humano, el mismo aturdimiento que una hormiga sentiría si en algún momento tan solo intuyera las dimensiones de nuestro mundo. Socavar en nuestro mundo me cansa y despegar de él solo me ensorbece, al final siempre igual, riéndome sólo, sentado, entre el fuego cruzado de dos reinos celestiales, contemplando inflexo mi instante y mi neura.
Decido prestarme un poco de atención y me fijo en mis manos, ellas están escribiendo esto, están haciendo que esto sea posible. La verdad es que hace mucho frío, olvidaba que tengo cuerpo, había desatendido mis manos. Están sufriendo por mi. Mi cuerpo esta sufriendo y eso me afecta considerablemente.
Tengo frío, mucho frío en las manos, mis manos. Sin embargo ellas se desafían y luchan, ellas escriben lo que pienso, son estrategas, ellas sabrán. ¿Querrán entrar en calor? Pero.. ¡sólo una escribe! La otra parece que se sacrifica. Pero no, de inmediato piden apoyo a la centralita de mi cuerpo e inconscientemente impulsa a mi voluntad a querer algo. Me hago un cigarrillo. Enseguida lo lío.
(si te interesa, este post sigue en http://wp.me/pIkeR-j)